Ficha 4 - Unidad 5
Autora: Carolina Benavides Díaz
Autora: Carolina Benavides Díaz
Referencia
(formato APA)
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Huguet, T. (2009).
Capítulo 5. El trabajo colaborativo entre el profesorado como estrategia para
la inclusión. En Giné, C. (Coord.), La
educación inclusiva: De la exclusión a la plena participación de todo el
alumnado (pp. 95-109). Barcelona: Horsori.
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Síntesis y principales conclusiones:
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La autora busca caracterizar
el trabajo colaborativo entre docentes como estrategia para la inclusión,
para lo que estructura el capítulo en tres grandes temas: i) la necesidad de
flexibilizar las fronteras entre profesionales especializados y docentes
curriculares para construir redes de apoyo mutuo, ii) la necesidad de
fomentar cambios en las instituciones educativas que favorezcan climas de
cooperación y colaboración, y iii) capacidades, actitudes y estrategias que
favorecen la colaboración y el trabajo compartido en el aula.
Para hacer posible la inclusión en los centros
educativos, es necesario superar ciertas ideas que constituyen la cultura
docente, y potenciar procesos de cambio en las prácticas educativas. La delegación
y fragmentación de la educación, el supuesto de grupos homogéneos que excluye
a alumnos/as “especiales”, en conjunto con perspectivas centradas en su
discapacidad y dificultades por sobre sus potencialidades, son elementos que
alejan la posibilidad de una educación inclusiva. Adicionalmente, la
capacidad de los/as docentes para conocer y educar a estos/as alumnos/as se
ve perjudicada por creencias en torno a las habilidades y requerimientos de
estos/as. Ante este escenario, Huguet refiere la necesidad de flexibilizar las
fronteras entre los/as docentes, especializados y/o curriculares, para
construir redes de apoyo mutuo, fomentando el trabajo colaborativo entre
ellos/as. Esto ayudaría a reducir los sentimientos de inseguridad que puede
generar en los/as docentes no poseer conocimientos especializados al trabajar
con alumnos/as con dificultades, y a potenciar la seguridad en sus propias
capacidades.
Como segundo elemento, la autora explicita la
necesidad de enmarcar el trabajo en un ambiente relacional de respeto,
compromiso mutuo, colaboración y confianza, a nivel organizativo, relacional
y formativo. El establecimiento de objetivos y políticas busca propiciar el
desarrollo de relaciones entre docentes, comunicaciones positivas y actitudes
proactivas, desafiando y responsabilizando a cada profesional de contribuir a
la inclusión. La existencia de un equipo directivo involucrado y comprometido
con estos procesos, en conjunto con espacios de reunión para tratar y
discutir la inclusión, son componentes fundamentales para el cambio y mejoras
en el aula.
Así, el trabajo colaborativo entre docentes debe
generar estrategias y procedimientos en que todos/as puedan acoger y educar a
la diversidad del alumnado, asegurando su aprendizaje y participación en los
espacios educativos.
A raíz de lo anterior, como tercer y último
elemento, Huguet propone el trabajo docente en parejas dentro del aula como práctica
que favorece la inclusión, la colaboración y el compromiso, además de ser un
instrumento de mejora y cambio educativo. El conocimiento y trabajo
compartido ayuda en la valoración conjunta de dificultades y necesidades de
los/as alumnos, la exploración de alternativas y adopción de desafíos
compartidos. Para su eficacia, se establece una serie de capacidades y
actitudes que se requieren para propiciar un clima relacional de colaboración
positiva.
En esta estrategia de trabajo, los profesores
especializados son fundamentales para mejorar las aulas. Es importante que se
perciban como profesionales del cambio educativo y que trabajen en
colaboración con los/as docentes curriculares, planificando y enfrentando
conjuntamente el aula para atender a la diversidad del alumnado. El respeto y
la aceptación son indispensables para generar un ambiente de genuina
colaboración, donde ambos/as profesionales aporten sus saberes,
complementándose para desarrollar metodologías y estrategias de enseñanza que
promuevan aulas más inclusivas y diversas. Las buenas prácticas de comunicación
y colaboración son clave para todas las etapas de los procesos educativos:
i) La planificación previa es útil para aclarar
dudas y generar un encuadre para la comodidad y el apoyo mutuo.
ii) Durante las actividades, la comunicación debe centrarse
en aspectos puntuales y positivos, considerando la influencia que pueden tener
en los/as estudiantes. Es útil para ajustar el conocimiento sobre sus
necesidades e intereses, y sobre las estrategias que favorezcan sus procesos
de aprendizaje.
iii) La evaluación y valoración conjunta de las
actividades es valiosa para mejorar tanto las metodologías en el aula como el
nivel de colaboración entre docentes, además de revisar propuestas de mejoras
a futuro.
A modo de conclusión, la autora establece que es
imprescindible generar contextos de colaboración para construir aulas
inclusivas, en pos de que todos/as aprender y participar. Para esto, las
dinámicas de colaboración entre los/as docentes es fundamental, de modo que
todos/as se hagan responsables de ello.
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Breve comentario:
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La propuesta de Huguet ayuda a rescatar el rol de
los/as docentes (especializados/as o no), entendiendo que la inclusión solo
puede alcanzarse mediante la participación y colaboración de todos/as quienes
componen la educación. Con relación a la cátedra, viene a ser una suerte de
respuesta a lo que hemos visto, complementándolo y relevando otros elementos que
entran en juego en las metodologías de enseñanza-aprendizaje, como la función
de los docentes, denotando que para acercarnos a la inclusión es necesario intervenir
sobre todas las prácticas y todos/as los/as actores/actrices.
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Citas textuales:
(útiles para ser recogidas
en informes y publicaciones)
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“La fragmentación y la especialización acaba
aislando a los educadores, acotando su ámbito de intervención, y los
convierte en profesionales que necesitan la ayuda de expertos y especialistas
en cada parcela educativa, según el problema o decisión a la que se enfrentan.”
(pp. 82-83).
“El conocimiento especializado es necesario, pero -para
ser útil en las escuelas- requiere ser compartido, desmitificado y contrastado
con las miradas de los docentes directamente implicados con todos los alumnos
y con su integración en el grupo.” (p. 83).
“Sólo desde el respeto y la aceptación, se podrá
colaborar para que el profesor que lleva el grupo se sienta apoyado y para
que se cree un auténtico clima de colaboración y creatividad.” (p. 89).
“el reto es que todos los profesores se impliquen en
la mejora de las situaciones de enseñanza para que todos los alumnos puedan
participar y aprender. Esto sólo se puede hacer desde la colaboración” (p.
91).
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