noviembre 12, 2018

Ficha Bibliográfica 4 - El trabajo colaborativo entre el profesorado como estrategia para la inclusión; Huguet, T. (2009)

Ficha 4 - Unidad 5
Autora: Carolina Benavides Díaz
Referencia
(formato APA)
Huguet, T. (2009). Capítulo 5. El trabajo colaborativo entre el profesorado como estrategia para la inclusión. En Giné, C. (Coord.), La educación inclusiva: De la exclusión a la plena participación de todo el alumnado (pp. 95-109). Barcelona: Horsori.
Síntesis y principales conclusiones:






La autora busca caracterizar el trabajo colaborativo entre docentes como estrategia para la inclusión, para lo que estructura el capítulo en tres grandes temas: i) la necesidad de flexibilizar las fronteras entre profesionales especializados y docentes curriculares para construir redes de apoyo mutuo, ii) la necesidad de fomentar cambios en las instituciones educativas que favorezcan climas de cooperación y colaboración, y iii) capacidades, actitudes y estrategias que favorecen la colaboración y el trabajo compartido en el aula.
Para hacer posible la inclusión en los centros educativos, es necesario superar ciertas ideas que constituyen la cultura docente, y potenciar procesos de cambio en las prácticas educativas. La delegación y fragmentación de la educación, el supuesto de grupos homogéneos que excluye a alumnos/as “especiales”, en conjunto con perspectivas centradas en su discapacidad y dificultades por sobre sus potencialidades, son elementos que alejan la posibilidad de una educación inclusiva. Adicionalmente, la capacidad de los/as docentes para conocer y educar a estos/as alumnos/as se ve perjudicada por creencias en torno a las habilidades y requerimientos de estos/as. Ante este escenario, Huguet refiere la necesidad de flexibilizar las fronteras entre los/as docentes, especializados y/o curriculares, para construir redes de apoyo mutuo, fomentando el trabajo colaborativo entre ellos/as. Esto ayudaría a reducir los sentimientos de inseguridad que puede generar en los/as docentes no poseer conocimientos especializados al trabajar con alumnos/as con dificultades, y a potenciar la seguridad en sus propias capacidades.
Como segundo elemento, la autora explicita la necesidad de enmarcar el trabajo en un ambiente relacional de respeto, compromiso mutuo, colaboración y confianza, a nivel organizativo, relacional y formativo. El establecimiento de objetivos y políticas busca propiciar el desarrollo de relaciones entre docentes, comunicaciones positivas y actitudes proactivas, desafiando y responsabilizando a cada profesional de contribuir a la inclusión. La existencia de un equipo directivo involucrado y comprometido con estos procesos, en conjunto con espacios de reunión para tratar y discutir la inclusión, son componentes fundamentales para el cambio y mejoras en el aula.
Así, el trabajo colaborativo entre docentes debe generar estrategias y procedimientos en que todos/as puedan acoger y educar a la diversidad del alumnado, asegurando su aprendizaje y participación en los espacios educativos.
A raíz de lo anterior, como tercer y último elemento, Huguet propone el trabajo docente en parejas dentro del aula como práctica que favorece la inclusión, la colaboración y el compromiso, además de ser un instrumento de mejora y cambio educativo. El conocimiento y trabajo compartido ayuda en la valoración conjunta de dificultades y necesidades de los/as alumnos, la exploración de alternativas y adopción de desafíos compartidos. Para su eficacia, se establece una serie de capacidades y actitudes que se requieren para propiciar un clima relacional de colaboración positiva.
En esta estrategia de trabajo, los profesores especializados son fundamentales para mejorar las aulas. Es importante que se perciban como profesionales del cambio educativo y que trabajen en colaboración con los/as docentes curriculares, planificando y enfrentando conjuntamente el aula para atender a la diversidad del alumnado. El respeto y la aceptación son indispensables para generar un ambiente de genuina colaboración, donde ambos/as profesionales aporten sus saberes, complementándose para desarrollar metodologías y estrategias de enseñanza que promuevan aulas más inclusivas y diversas. Las buenas prácticas de comunicación y colaboración son clave para todas las etapas de los procesos educativos:
i) La planificación previa es útil para aclarar dudas y generar un encuadre para la comodidad y el apoyo mutuo.
ii) Durante las actividades, la comunicación debe centrarse en aspectos puntuales y positivos, considerando la influencia que pueden tener en los/as estudiantes. Es útil para ajustar el conocimiento sobre sus necesidades e intereses, y sobre las estrategias que favorezcan sus procesos de aprendizaje.
iii) La evaluación y valoración conjunta de las actividades es valiosa para mejorar tanto las metodologías en el aula como el nivel de colaboración entre docentes, además de revisar propuestas de mejoras a futuro.
A modo de conclusión, la autora establece que es imprescindible generar contextos de colaboración para construir aulas inclusivas, en pos de que todos/as aprender y participar. Para esto, las dinámicas de colaboración entre los/as docentes es fundamental, de modo que todos/as se hagan responsables de ello.
Breve comentario:





La propuesta de Huguet ayuda a rescatar el rol de los/as docentes (especializados/as o no), entendiendo que la inclusión solo puede alcanzarse mediante la participación y colaboración de todos/as quienes componen la educación. Con relación a la cátedra, viene a ser una suerte de respuesta a lo que hemos visto, complementándolo y relevando otros elementos que entran en juego en las metodologías de enseñanza-aprendizaje, como la función de los docentes, denotando que para acercarnos a la inclusión es necesario intervenir sobre todas las prácticas y todos/as los/as actores/actrices.
Citas textuales:
(útiles para ser recogidas en informes y publicaciones)








“La fragmentación y la especialización acaba aislando a los educadores, acotando su ámbito de intervención, y los convierte en profesionales que necesitan la ayuda de expertos y especialistas en cada parcela educativa, según el problema o decisión a la que se enfrentan.” (pp. 82-83).
“El conocimiento especializado es necesario, pero -para ser útil en las escuelas- requiere ser compartido, desmitificado y contrastado con las miradas de los docentes directamente implicados con todos los alumnos y con su integración en el grupo.” (p. 83).
“Sólo desde el respeto y la aceptación, se podrá colaborar para que el profesor que lleva el grupo se sienta apoyado y para que se cree un auténtico clima de colaboración y creatividad.” (p. 89).
“el reto es que todos los profesores se impliquen en la mejora de las situaciones de enseñanza para que todos los alumnos puedan participar y aprender. Esto sólo se puede hacer desde la colaboración” (p. 91).

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